Fue una pena que algunos (PP) no piaran, porque eso hizo que -como película y documento sociológico- la apuesta de Medem se quedara coja, objetivamente coja, no por su culpa, pero coja. Pero eso no le quita a esta película ni valentía, ni interés, ni autoridad moral, abriendo debate acerca de lo que (todavía) es un infierno para muchos vascos y para muchos españoles. Julio Medem lo intentó, y le salió como le salió: impresentable para algunos, indispensable para otros, y en medio, como es lógico, toda una gama de juicios. Pero él lo intentó. ¿Intentan otros parar, templar y pensar que hay cientos de opiniones que, por increíble que parezca, pueden servir... o sólo se dedican a berrear sus cuatro 'verdades' de saldo? • Los asesinos asesinan: objetivo. • Los extorsionadores extorsionan: objetivo. • Las víctimas mueren y a sus familiares y amigos se les va media vida: objetivo. • El problema vasco -que lo hay, da igual negarlo- admite todo tipo de juicios, opiniones, frases, gestos, sin son pacíficos: subjetivo. • Julio Medem hizo una película subjetiva: objetivo. • Se le atacó: objetivo. Incluso una ministra de Cultura llamada Pilar del Castillo le atacó, y eso sin haber visto la película: objetivo (criticó a Medem en San Sebastián delante de varias grabadoras, entre ellas la mía). Objetivo e increíble